Sombras, y cosas que no se repiten;
cielos grises.
Flores ocre se abren camino
a través del suelo escombrado;
transitan animales hipnóticos
en la noche oscura del alma.
La tristeza no deja olvidar
que nos estamos incendiando.
La calle, jungla de vanidades
y obsecuentes harapientos.
Y la gente camina como perdida
en búsqueda de alguna ciencia
que mitigue; o ilusione, al menos.
viernes, 15 de febrero de 2008
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