Hay una sombra que me evade
de mis huellas algo lentas, nunca
un nombre, un símbolo siquiera;
una búsqueda desesperada.
ansias brutales de satisfacer.
Como un sueño largo e ininteligible
donde las decisiones se toman
de forma apresurada.
Cada camino se parece al otro
y cada muerte a la anterior.
Solo unos pocos lobos
frecuentan estos valles.
Por las noches alcanzan
comunión, espiritualidad.
Pero el resto de los días son confusos
decidiendo entre el peligro y el miedo.
Siempre equilibrio al borde de la nada
víctimas de una tristeza generacional.
jueves, 14 de febrero de 2008
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