Si la luz no quiere entrar
que no entre...
No necesito un café
ni un cigarrillo ni nada.
Solo ese rumor que se siente
cuando uno despierta
porqué ya durmió demasiado;
ese que es como una música
que se hace y deshace con el viento,
de contagiosa electricidad en el aire.
Es regresar entero
de una pequeña muerte,
es la lágrima
que evidencia humanidad.
viernes, 15 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario